Esas voces me hacen cambiar de opinión al instante en que empiezan a susurrarme. Algunas veces son gritos insoportables, otras veces son susurros. Esas voces aparecen siempre, cada vez que voy a tomar una decisión en mi vida. Esas voces que me gritan: "gorda", cuando me paro adelante de un espejo.
Esas malditas voces que hoy me gritaron a más no poder: " No vayas, vas a comer demasiado. Quedate en tu casa. No comas. Tomá agua que llena. No seas inconciente de ir a un asado. Vas a devorar todo. Gorda. después odiás mirarte al espejo. No tenés que ir. Inventá una excusa. Vamos. Sos inteligente, algo se te tiene que ocurrir. Mirate al espejo. ¿Esperás engordar? ¿Cómo vas a ir al club después de comerte todo lo que te comerías? Imposible, él te tiene que ver flaca, acordate."
Una y otra vez. Hablan y no se callan. Hablan hablan hablan. Cada vez que como con un: "¿Cuántas calorías? Ojito. Empezá a planear." Adelante del espejo, gritan: "Gorda. Gorda. Gorrrrrrrrda". Me dicen una y otra vez: "Sola podés hacer mejor las cosas. Entretenete. Andá al gym sola. Sola perfeccionate. Sola conseguís muchas cosas. Descargate con la compu. Nada de amigas. Nada."
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